El proceso de galvanizado por inmersión en caliente tiene como objetivo evitar la oxidación y corrosión que la humedad y contaminación provocan en el acero; cubriendo -entre otros metales- con Zinc la estructura a proteger.
La forma en la que este proceso se lleva a cabo es sumergiendo las estructuras metálicas en zinc fundido a aproximadamente 450°C.
Este acabado aumenta la resistencia y el tiempo de vida del acero dándole una vida útil de hasta 70 años aproximadamente, dependiendo el entorno donde la estructura sea instalada.
Además, este proceso es considerado el más confiable y económico para lograr proteger al acero y al hierro frente a la corrosión y humedad a la que están expuestos.